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Parque de Pueblorrico - Autor: Daniel Mauricio Carmona |
En las
colinas de Antioquia se encuentra Pueblorrico, un municipio que podría pasar
desapercibido en el mapa, pero que guarda historias y tradiciones en cada
rincón. No es sólo un lugar donde se produce café, aquí se vive.
Sus
tradicionales balcones llenos de geranios, acompañados del aroma del café tostado
de Arte Café. En Pueblorrico, el café no es solo una bebida; es una forma de
vida. Cada taza conecta con generaciones de campesinos que han trabajado la
tierra con dedicación.
Las noches
aquí son especiales. Cuando cae el sol y el frío aparece, el café se convierte
en el acompañante ideal. Las familias se reúnen para compartir una taza caliente.
El proceso
de secado del café en Pueblorrico es un arte. Tras el lavado, los granos se
extienden en patios para secarse al sol. Los campesinos los mueven
constantemente, asegurándose de que cada grano reciba la cantidad adecuada de
luz. Es un trabajo meticuloso y lleno de paciencia.
Visitar
Pueblorrico es una experiencia auténtica. No se trata sólo de ver el proceso
del café, sino de sumergirse en la cultura y las tradiciones del lugar. Los
viajeros no son turistas, son parte de la vida del pueblo, desde las caminatas
por las montañas hasta las visitas a las fincas cafeteras.
La
verdadera esencia de Pueblorrico está en su gente, en su conexión con el café y
en la solidaridad que une a la comunidad. Aquí, cada taza de café cuenta una
historia. Cada grano de café refleja el esfuerzo de las familias que,
generación tras generación, han mantenido viva esta tradición. No es sólo
trabajo duro; es pasión por lo que hacen.
Desde la siembra hasta la cosecha, el café es
parte de la identidad de Pueblorrico, y eso se nota en cada sorbo. Además, el
sentido de comunidad es fuerte: los campesinos se apoyan mutuamente,
compartiendo conocimientos y asegurando que las nuevas generaciones continúen
con este legado. Es esta solidaridad lo que hace que el café de Pueblorrico no
sea sólo especial, sino único.